«Precaución niños gitanos en la cazada» así reza una nueva señal de tráfico en una carretera de La Coruña
Varios vecinos de As Rañas instalaron una señal en la zona, con el lema "Precaución, niños gitanos en la calzada", para advertir de la presencia de menores en una zona por la que transitan los camiones que trabajan en las obras del AVE e instarles a reducir la velocidad en el tramo.
Estrella Montoya, una de las vecinas de la zona, en la que viven cinco familias de etnia gitana, explicó que fue su hermano el que instaló la señal a comienzos del verano, cuando los niños acabaron las clases, ya que la falta de un cierre o un portalón en la calle donde viven provocaba que se produjesen situaciones de peligro, a lo que se suma el desnivel de varios metros que, sólo tras un guardarraíles, separa la carretera de las vías del tren.
La señal, en la que figura una limitación a 20 kilómetros hora y la advertencia "Precaución, niños gitanos en la calzada", es una medida más de precaución, aunque Estrella reconoció que "por muy despacio que vengan los camiones, seguimos teniendo miedo".A este miedo se suma el que les produce la llegada del AVE, puesto que, tras expropiarles dos casas, las más próximas a la vía de las que permanecen en pie empiezan a presentar desperfectos que se pueden agravar con el tránsito de los nuevos convoyes.
Según señaló otra de las vecinas, Rocío Conchado, lo peor de las obras ya ha pasado: dos meses en los que las voladuras, el paso incesante de camiones y los trabajos de desmonte no les dejaban dormir y que llegaron a provocar que el patriarca se levantase en varias ocasiones de su cama a altas horas de la madrugada para reprender a los trabajadores. Ahora, indicó que "lo menos que podían hacer es que nos pagaran y nos tiraran todo", ya que teme que las casas puedan venirse abajo con ellos dentro cuando llegue la alta velocidad a la ciudad
Estrella Montoya, una de las vecinas de la zona, en la que viven cinco familias de etnia gitana, explicó que fue su hermano el que instaló la señal a comienzos del verano, cuando los niños acabaron las clases, ya que la falta de un cierre o un portalón en la calle donde viven provocaba que se produjesen situaciones de peligro, a lo que se suma el desnivel de varios metros que, sólo tras un guardarraíles, separa la carretera de las vías del tren.
La señal, en la que figura una limitación a 20 kilómetros hora y la advertencia "Precaución, niños gitanos en la calzada", es una medida más de precaución, aunque Estrella reconoció que "por muy despacio que vengan los camiones, seguimos teniendo miedo".A este miedo se suma el que les produce la llegada del AVE, puesto que, tras expropiarles dos casas, las más próximas a la vía de las que permanecen en pie empiezan a presentar desperfectos que se pueden agravar con el tránsito de los nuevos convoyes.
Según señaló otra de las vecinas, Rocío Conchado, lo peor de las obras ya ha pasado: dos meses en los que las voladuras, el paso incesante de camiones y los trabajos de desmonte no les dejaban dormir y que llegaron a provocar que el patriarca se levantase en varias ocasiones de su cama a altas horas de la madrugada para reprender a los trabajadores. Ahora, indicó que "lo menos que podían hacer es que nos pagaran y nos tiraran todo", ya que teme que las casas puedan venirse abajo con ellos dentro cuando llegue la alta velocidad a la ciudad
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